Todo empieza
con la idea de un amigo, bajar desde la Núria a Queralbs. Sabía que no sería fácil ya que una ya no es
una quinceañera y aunque vaya con asiduidad al gimnasio los años se notan.
Pero cuando
digo que voy, es que voy, y lo que se iba a convertir en una excursión para los
demás para mí se convirtió en un reto personal al ver todo lo que me esperaba.
“La
levantada”: No es fácil levantarte a las 5.30 de la mañana cuando estás de
vacaciones, reconozco que no me gusta madrugar, pero no hizo falta que taladrara
la alarma, antes ya estaba despierta, me levante y fui a la cocina a preparar
el café con el interrogante mental de no saber que me esperaba.
La
“expedición” estaba formada por mi pareja Jur,
nuestro amigo Xavi y la que escribe. A las 6:30 a.m. la expedición ya tomaba rumbo
a Queralbs.
Ya en la
estación de Queralbs tomamos el tren cremallera
con dirección a la estación de Núria, iba mirando por la ventana, admirando los
paisajes agrestes fusionándose con el pino autóctono catalán de hojas negras y
frutos pequeños.
Llegar al Santuario de Núria es ver la inmensidad de un paisaje, el Santuario, el lago, las montañas; El frio de la mañana acompaña y lo desconocido para mí siempre me inquieta.
Como
curiosidad os comento que dentro del Santuario
hay una Olla puesta en vertical dentro de un mueble de madera y con un cojín
en el suelo, dice la tradición que si pones la cabeza dentro te quedas
embarazada.
Llegó la
hora del descenso y antes de empezar os diré que según las indicaciones: hasta
Queralbs hay unas 3 horas de sendero (
en mi opinión para gente iniciada en la montaña), 8 kilómetros de recorrido y
750 metros de desnivel negativo.
Y empezamos…dejamos atrás el estanque y el Santuario. El
primer tramo de la ruta baja suave con un suelo pedregoso y húmedo, el día
anterior había llovido, y con las consiguientes patinazos en las
rocas, y algunos tramos son totalmente
empedrados pero bastante anchos.
Las vistas son muy aéreas y si miramos a bajo veremos las Gorgues del río Nuria y sus remolinos que bajan divirtiéndose entre las enormes piedras desgastadas por la erosión del agua.
Seguimos el descenso hasta llegar a la cascada del Torrent de Fontalba un inmenso salto de agua, con vistas a unas impresionantes a unas paredes de piedra que bajan en vertical con un paisaje de rocas y agreste. En ese momento solo podía pensar que entre el cielo y el suelo había una maravilla.
Llegó el
momento de descansar y reponer fuerzas, de las bolsas salió de todo, desayuno
gourmet: jamón, fuet (longaniza), salchichón ibérico, pate de jamón, brie, todo
buenísimo, hasta que fuimos “atacados” por dos perretes que iban sueltos en
compañía de sus amos y no se resistieron a los aromas de las viandas que emergían
de las rocas donde estábamos sentados.
Reprendimos
la marcha por un camino vertical muy estrecho (a duras penas cabe una persona, y he aprendido
que en el mundo de la montaña, la gente se ayuda y es muy amable, se saluda, te
ofrecen ayuda, en fin, igual que las ciudades que habitamos), como decía el
camino baja zigzagueante por la montaña, el camino es piedra y mas piedra que
se mueven, lo que te lleva a forzar mucho las rodillas, reconozco que en ese
momento pensé en abandonar, y que vinieran a salvarme. Hasta pensaba en quien
“encomendarme” para que fuera mi héroe. Me dolía bastante mi rotula ya
maltrecha por un accidente de sky y entre la pendiente y las piedras que no paraban de moverse, lo pasé
en ese momento bastante mal.
Al final de
este camino nos encontramos con un puente que nos hace cambiar de montaña y
durante un rato el sendero se relaja y nos ofrece unas vistas a las vías del
Cremallera de Núria viendo pasar los trenes y de paso aproveché para saludar a
los ocupantes que me devolvían el saludo.
No te da tiempo de relajarte cuando una indicación te avisa que te queda aún algo más de dos horas de camino, y mis piernas ya no estaban para muchas fiestas, pero era un reto que tenía/debía/me había propuesto conseguir.
Seguimos
bajando y subiendo, ya que el trazado del cremallera te obliga, y es un camino
con mucha roca y los tobillos empiezan a pasar factura.
Por último
empezamos el ultimo descenso, a lo lejos podíamos ver un trocito de
civilización, la estación del cremallera y el coche.
La
travesía acaba en un camino empedrado
donde ya nos empezó a llover con ganas,
y como es una bajada bastante pronunciada que te introduce en el pueblo de
Queralbs, entonces pensé que si no me había caído en todo el trayecto (algún
resbalón que otro sin importancia) no me
voy a caer en medio de la civilización, las señales del sendero GR11 se acaban,
se acaba el camino viejo, el camino que los peregrinos usaban para subir a
Núria antes que se inaugurara en el año 1931 el Cremallera de Núria.
Bueno, y esta soy yo. Durante
estas horas que duró la travesía tuve dos momentos malos que pensé en sentarme
en el suelo y no seguir. Mi reto era conseguirlo, al fin del sendero miré hacia
atrás y pregunté desde donde habíamos bajado: desde la montaña que hay detrás
de la que ves, y si lo he conseguí es
gracias a Jur y a Xavi que tuvieron la paciencia de esperarme cuando mis
fuerzas flaqueaban y me felicitaron al
llegar al final de la travesía. Gracias!!!pd. ¿Qué será mi próximo reto?