lunes, 29 de julio de 2013

EL HOMBRE TOXICO PARTE 5ª

Me bebo el resto de la Coca –Cola, respiro profundamente, y me entra un extraño escalofrio en todo el cuerpo; Nacho me quedan muchas cosas que decirte.

Y qué me dices de los amigos? Poco a poco fueron alejándose de nosotros, sabias muy bien por donde atacar a cualquiera de ellos, no podías soportar gente a mi alrededor, si por ti hubiera sido habría dejado mi trabajo en el Banco, y me hubiera dedicado a tus dedicaciones… unicamente para ti. Única para ti. Propiedad privada de Nacho. Lo entiendes? Tenía una vida, tenía amigos, y me la anulaste por completo hasta encontrarme sola contigo. Pero es lo de siempre, no te das cuenta, hasta que como si una dia abres un armario en el que vas apilando cosas y al final está tan lleno que se te cae todo encima. Y me encuentro sin nadie a quien explicar, a quien recurrir, a quien decir lo hundida que me siento en este momento. Tu tortura ha dado su fruto, me has anulado en mis relaciones. No tengo nadie, no están. Vuelta a empezar

Pienso que debi abandonarlo el dia que sali con mis chicas, llegué bastante tarde, junto a ellas no había reloj, no teníamos hora de regreso, o al menos eso había ocurrido siempre en nuestras noches locas y nuestros desayunos vespertinos. Nunca pensé que cuando llegara a casa te encontraría despierto y después de una mirada de las tuyas, te pusieras a gritarme para que te diera una explicación de donde había estado. No le di importancia, más que la tenia, era un simple “ataque puntual de celos”, pero me equivocaba, fue tu primera agresión verbal;  Después vinieron más ataques verbales sin fundamento que se convirtieron en parte de tu plan de maltrato psicológico.

Recuerdo el día que fuimos de compras, en aquella ocasión necesitaba unos zapatos para ir a una de tus interminables cenas. Probándome los zapatos y decidiéndome si ir con un tacón muy alto para que no se viera tanta diferencia entre tú y yo o uno más normal para ir bien cómoda me dijiste delante de la dependienta: -Cariño, quédate con los que quieras, igualmente vas a parecer enana a mi lado- La señorita que nos atendía no sabía donde mirar y yo te miré a los ojos… y como tu manera de reaccionar causa-efecto ha sido siempre tan  fulminante me sonreíste diciendo… -es broma, con los dos vas a estar fantástica- .
Y sin darme cuenta ya habías empezado a ridiculizarme en sitios públicos, y en la cena de aquella ocasión te pavoneaste de mesa en mesa junto a las solteras-divorciadas-singles de tu profesión que estaban en el evento. Me quedé en nuestra mesa tomando una copa y otra…. Hasta que un “colega de profesión”, Javier, vino a mi rescate, ahora pienso que él te conocía más que yo, y no quería que me sintiera mal. Al verle sentado conmigo charlando de cosas triviales, de mí trabajo en el banco, de mi música preferida, de libros….  Tu reaccionaste y como el alma que lleva el diablo te presentaste en la mesa interrumpiéndole de la manera más brusca y maleducada que he visto jamás y dijiste: -Cariño, es hora de irnos- Y así como una muñeca me sentí manipulada de un sitio a otro, ahora en la sala del evento y un segundo más tarde sentada en el coche camino a casa. Sabes? No voy a olvidar a Javier, el traumatólogo anti-traumas.
Y con esto quiero hablarte de tus “silencios especiales”, aquellos que repentinamente se instalan entre tú y yo. No son por ninguna causa concreta, simplemente pasan. Te quedas en silencio, miras al horizonte sin mirar nada, no me hablas, no me dices nada, ni un gesto, sin expresión, y yo no sé qué decir, no me contestas, ni haces nada solo me ignoras. Y estos silencios han podido llegar a durar un fin de semana entero… bonita manera de pasarlo juntos.

Ahora que recuerdo esto, hubiera tenido que preparar una bolsa con mis cosas más personales y huir de un portazo a mi pequeño apartamento. Sola y en silencio pero tranquila y acompañada de mis cosas, mis libros…. Que cobarde he sido, no hago más que repetírmelo. O que enamorada estoy de ti para no ver estos detalles y aguantar días sin que tú me hagas el menor caso

Nacho me viene ahora a la memoria la cualidad tan grande que tienes de no escuchar lo que no te importa. El día que me llamaron de Recursos Humanos del Banco para comunicarme mi cambio de oficina y mi ascenso, salí de la oficina dando saltos, un mejor puesto y una retribución más importante. Me sentía feliz y realizada. Muchos años en una ventanilla, luego de segunda de a bordo y por fin había llegado lo más luchado: el ascenso.
No quise llamarte por teléfono, esperé que llegaras por la noche a casa para decírtelo, preparé unas copas, puse la música que te gusta  Pancho Céspedes y cuando llegaste miraste las copas y con una frase me dijiste:
 -Celebramos algo?-
Estaba tan ilusionada que no me salía la frase, al final pude decir:
-Nacho, me han ascendido, dejo la oficina donde estoy y voy a ser la directora de otra oficina.
No sé, esperaba un abrazo por tu parte, una felicitación, un brindis, algo….  Y lo que me comentaste fue algo así como:
-Vaya día hemos tenido en el Hospital, ha sido agotador y encima la consulta, tendré que plantearme no trabajar tanto.
Ehhhh, perdona, que me has dicho? te acabo de anunciar que me han ascendido en mi trabajo, que me muero de ganas de empezar en la nueva oficina, que por fin se ha visto recompensado mi trabajo y tú me sueltas que has tenido un día agotador en el Hospital y que te tienes que replantear no trabajar tanto.
Agache, la cabeza, cogí la copa, me fui hasta la cocina, vacié el vaso. Abrí la nevera, vi un bol de pasta, lo coloqué en el microondas. Ti-ti-ti…. –Nacho, la cena esta lista, vienes?
Y me fui comiendo el plato de pasta a golpe de lágrima ahogada e hipos mudos, luego te fuiste a la sala, encendiste el televisor, volviste a recuperar tu copa y oportunamente te pusiste a ver un partido de futbol.
Me fui a la cama con la felicidad de mi logro personal y con la infelicidad de no poder compartir mis pequeñas victorias contigo.

Levanto los ojos de la pantalla y me doy cuenta que la ropa sigue tirada en el suelo, miro la hora y tengo que darme prisa, no quiero que llegue a casa  y me vea así. He de estar fuera antes de las tres.

Nacho, ya va siendo hora que vaya acabando mi carta, solo me queda por decirte que te he querido tanto como siempre te decía:
-Nacho, te quiero tanto como ir a la luna y volver! Ya sé que era una metáfora y tú te lo tomabas a risa, como tantas cosas que te has tomado a risa sobre mí.
Y no voy a olvidar nuestras noches, nos daba el amanecer abrazados en la cama, me sentía tan bien, tan segura, pero como los castillos de arena que caen con el viento, la primavera se llevo nuestros deseos aparcando nuestras noches de un lado. Mi dulce deseo se fue de vacaciones, no quería habitar en una alma herida, pero hoy aún te sigo queriendo y me hago daño escribiéndote, me hago daño auto inculpándome de cosas y me estoy dando cuenta a golpes en el alma que la culpa ha sido tuya. Tu toxicidad me ha envenenado.
Adiós Nacho.
Malena.

Estoy cerrando mi última maleta, es curioso que 10 meses quepan en 4 maletas. El ruido de la cremallera me produce una rebrinco en el corazón.
Saco las llaves de lo que hasta ahora era mi casa y las dejo en la habitación junto a la carta y el anillo del que presumías que “sellaba nuestro amor”.
Pulso el botón del ascensor, aguanto la puerta con una maleta y voy metiendo las otras tres, una última mirada, ya está todo y aprieto planta sótano. Recuperaré mi coche, hasta ahora casi no lo había utilizado, solo para ir al banco y volver.
La puerta se abre, no estamos en el sótano, estamos en la planta baja y veo la figura de un hombre en frente mío, es Antonio, el conserje.
Me mira con cara extraña, a lo que yo le contesto con una mirada escondida en unas gafas de sol en un día de lluvia.
-Señora, le ayudo?
-No, gracias Antonio, voy al garaje……
Sigo mi viaje al garaje, pongo las maletas como puedo en el coche y me dirijo a la rampa.
Antonio siempre tan reservado ha bajado por la escalera y lo veo al pie de la puerta, me abre el parking. Me saluda con la mano, y al ver la lluvia como cae en el cristal del coche mis lágrimas empiezan a rebotar en mis mejillas.
Hoy es el principio de una nueva vida. 

LLUIS LLACH -QUE TINGUEM SORT- (QUE TENGAMOS SUERTE subtitulada)

7 comentarios:

  1. Ceci, como resumen y yo siempre le digo a mi hija o ella a mí, ni lo sé, cada persona es una y única, nadie ni hombres ni mujeres deben de anularse!! por una relación, es fatal y no conduce a nada, hasta que no nos demos cuenta tod@s, la vida o el desenlace siempre serán l@s mism@s!! bss

    ResponderEliminar
  2. ah!! como tampoco nadie debe de apoyarse en una relación para ser un@ mismo, of course!!

    ResponderEliminar
  3. por todo eso Malena va a tener que cambiar su vida.

    ResponderEliminar
  4. Felicidades Malena...tu vida vuelve a empezar...

    ResponderEliminar
  5. Y hasta septiembre nos vas a dejar en ascuas??? Cagüentoloquesemenea!!!
    -Sus-

    ResponderEliminar
  6. Hasta Septiembre, Malena volverá para reconstruir su vida.

    ResponderEliminar
  7. Sesi, estamos en septiembre... Psttt oigaaa... Cuando estará lista la siguiente entrega???
    Besitos!!!
    -Sus-

    ResponderEliminar

Si quieres opinar, este es tu espacio